¡Saludos escapistas lobeznos!
Hoy lanzamos la tercera parte de una sección muy divertida, acerca de algo de lo que los jugadores no os dais cuenta pero, los GM si 🙂
¡Atentos que allá vamos!
ANÉCDOTAS DE GAMEMASTER – PARTE 3
Muchas son las ideas que se os pasan por la cabeza cuando visitáis un escape room. Muchas con lógica; otras un poco disparatadas; otras sin sentido ninguno :D. Pero claro… ¿Qué tiene o deja de tener sentido dentro de un Escape Room?
Pues para cada sala, una cosa distinta, así que hemos ido recopilando anécdotas curiosas y graciosas de diferentes salas a través de sus propios GameMasters para que veáis de que somos capaces los adultos cuando tomamos el papel de detectives. Por supuesto, no diremos ni los nombres de las salas ni las ciudades para que no podamos relacionar. No seremos demasiado concretos, solo contaremos anécdotas que se puedan contar y, alguna que nunca debió pasar :D. Estas últimas ya no tienen tanto que ver con la imaginación, si no con el ser persona 😊 ¡Vamos con la tercera parte de las anédcotas escapistas contadas por el GameMaster!
BOMBA FÉTIDA
Nuestro GM número 1 de hoy, nos cuenta una anécdota, que por desgracia sucede en más de un Escape, aunque no a ese nivel…
“… Gente cerda hay en todos lados. Eso no te lo voy a descubrir a ti. Pero en esta parte del juego, el espacio es muy reducido. Nosotros recomendamos que sean 4 jugadores máximo por lo mismo, pero éste equipo era de 6 y las pruebas, como se te atasquen… Eso unido a que no había manera de que pidieran pista, dio la conjunción perfecta para que pasara lo que pasó. Se ve que el muchacho estaba ‘apurao’ , no se pudo aguantar más y empezó a soltar la traca. Ya llevaba un par de antes…»
-Un par… (pregunto yo).
«…Un par de cuescos si, vamos a hablar claro. Y todos lo habían notado porque se quejaron amargamente. Pero de repente empezó a soltar, que yo los escuchaba por los cascos y aquello se convirtió en una cámara de gas. No tenían apenas hueco para moverse; se habían ‘atascao’ en las pruebas y por sus caras, gestos y gritos, no podían ni respirar. No me reí porque ostia, me jode que se tiren cuescos en mi sala, que hay que ser cerdo. Pero la escena fue de película española. Dantesco. Al final pidieron pista sobre pista claro…»
TRAUMATISMO DE COLEGAS
Nuestro GM número 2 nos cuenta una de los golpes más absurdos que hemos oído hasta hoy:
“…Normalmente cuando entra un grupo, ya desarrollas una intuición, para saber si van a salir o no a tiempo. Te pueden sorprender, pero vamos, normalmente acierto. No encontrar la puerta ya da pistas de como va a ir la partida. Pasó todo bastante rápido. Estuvieron buscando pistas, divagaron, no encontraban solución a nada. Y entonces, uno de ellos pensó: ¡Ostia una alfombra! La alfombra no tiene nada encima. Tiene su finalidad pero no tiene nada encima. En este caso, tenía a uno del grupo encima, en una punta, y al tonto del grupo en la otra punta. Y ¿qué haría el tonto del grupo en esa situación? Pues si. Tiró con todas sus fuerzas y el otro chaval que además había comenzado a andar, salió volando y estampó la cabeza contra un mueble. Me jodieron la puerta; el reventó sus gafas y encima se hizo un corte en la frente. Así que ese fue el resumen de la sesión: 8 minutos, luces encendidas y fin de partida. Les salió cara la gracia, sobre todo al de las gafas claro…»
CANDADO INTRUSO
Cuando eres novato, es mejor escuchar. Os lo cuenta con las manos en la cabeza nuestro GM número 3:
“…Yo cuando entran, les explico la misión, los candados y demás y ya les doy paso. Estaba claro que era un grupo de novatos aunque cuando les pregunté, me dijeron que tenían experiencia, así que por si acaso, no quise ser pesado y la explicación fue rápida. Como no hablaban mucho pues tampoco me di cuenta de lo que iba a pasar, hasta que pasó…
…Me puse en los controles y nada, al principio un poco lentos pero bueno, iban jugando, iban resolviendo cosas. No muchas, pero alguna. Enseguida pidieron pista pero ya te digo, es normal. A una de estas, me piden una pista sobre un candado concreto. Pues nada, les doy una sutil pista, de cómo sacar esa clave. Total que la sacan y van hacia el candado… pero no lo abren. Se tiran un buen rato y nada. Yo diciéndoles: «chicos… de aquí hacia allá…¿qué clave estáis metiendo? ¿dónde lo ponéis? Tirad fuerte…». Nada, no había manera. Hasta tal punto que decían: esto está roto Súper. Porque me llamaban súper, que esa es otra. Y yo ya no sabía que hacer ni cómo explicad. Era un candado normal de 4 dígitos, no había ninguna complicación. Hasta que de repente otro dice: ¡Coño pero si aquí hay otro de 4 dígitos!… ¡Aquí es aquí es! ¡Aquí abre! Y yo… chicos… solo hay un candado de 4 dígitos. Y ellos… no no, por detrás hay otro y además se ha abierto. Me puse a pensar y tras comprobar una cosa, di con la clave. Volvi a coger el micro:
-Chicos, ¿quién ha cogido los candados de muestra de fuera?
-¡Yo! Es éste que he puesto aquí.
-¡Esos no se ponen tío! ¡Son de muestra para enseñaros cómo va!
-Ja ja ja ja- se ríen.
-Pues más os vais a reir, porque no tengo ni puñetera idea de cuál es la clave.
Así que nada, ,una prueba a tomar por culo y el candado tuve que reventarlo con una cizalla cuando salieron. Ellos se seguían riendo pero… de verdad que hay días que es mejor no ir a trabajar ja ja…”
Y hasta aquí esta nueva hornada de anécdotas contadas por el propio GM. Si os ha gustado el artículo, compartid por favor, darle a me gusta en las redes y que rule y así nos animaremos a colgar nuevos artículos de anécdotas que tenemos para meses, con y sin covid.
Mientras tanto, haz el favor y ¡Reserva ya! en: El Secreto de Amelia y: ¡Crea tus propias anécdotas!